La globalización se ha convertido en una tendencia de fondo en nuestros tiempos, afecta a la economía, a las relaciones comerciales y, por extensión, al consumo. Y seguro que usted es capaz de nombrar algunos ámbitos más en los que se pone de relieve la idea de que todo se ha vuelto más uno. Una tendencia de principios del siglo XXI que podríamos considerar un tipo de uniformidad cultural.
En el entorno de la comunicación y en el del marketing en línea, ¿cómo se ha traducido esta tendencia y qué ventajas puede tener –si las tiene- para el profesional y la pequeña y mediana empresa?
Lo primero es que ventajas las hay y son evidentes, porque los mercados accesibles en la Red con el comercio online son también uno. Lo único que puede separarnos de sacar beneficio a esa realidad es el idioma, las respuestas culturales de base de los consumidores y los cambios de moneda.
Pero, aun con todo eso, el trabajo del marketing online para la promoción de productos y servicios en línea va a más, claro que si se sabe aprovechar las oportunidades.
Hacer posicionamiento en los buscadores en varios idiomas, o, mejor, para ser más eficaz, en la lingua franca comercial de nuestro tiempo, el inglés, es una buena opción. Como lo es crear perfiles estándar para adaptarse a todos los mercados por igual como lo hacen las grandes marcas de moda.
Un ejemplo nítido, nítido, , que hace posicionamiento SEO para el portal multilingüístico de su marca y rentabiliza la inversión en promoción con apenas unos pocos cambios por sección, o ninguno, de los más de cien que representa su presencia global en la globalidad de su comercio electrónico.
Pero ¿y si todo el mundo apuesta por la globalidad? ¿Quedará hueco para nuestro proyecto en línea más modesto y menos armado ambicioso y armado?
La respuesta vuelve a ser sí. Porque han surgido nuevas oportunidades precisamente en la inversión de los valores que alienta la globalidad.
Desde hace unos pocos años, hay una tendencia en el consumo que se presenta todo lo contrario a todo lo mismo, como una contestación a la globalización, que también avanza. Se trata, como no podía ser menos, de lo que podríamos llamar la ‘personalización’ del consumo.
Muchos usuarios, clientes o consumidores quieren ser tratados de forma única. Sí, está en las emociones humanas, es parte de nuestro deseo de reconocimiento y juega en el terreno de las ideas afines a ser aceptados con nuestra identidad como seres diferentes. Lo dice la psicología.
La tendencia hace que muchas marcas se dirijan a sus clientes con estrategias de comercialización que se dejan sentir en el posicionamiento en buscadores con el uso de baterías de palabras claves en relaciones infinitas –en algunos casos más de 2.000 por portal- para acoger los rastreos en la Red de esos clientes que buscan sus productos preferidos para encontrarse a sí mismos.
Así, ¿cómo se dejan ver esas tendencias personalizadas en la práctica? Veamoslas:
-Retargeting. También llamado remarketing. Se trata de volver a impactar a un usuario que ha recibido bien un producto inicial. Un ejemplo, si una persona buscaba en Internet algo sobre viajar a Asturias, aunque no haya comprado nada en una agencia de viajes, el algoritmo y el buen posicionamiento Google de un proyecto en Red le devolverá con una medida insistencia anuncios en los que Asturias será el motivo, vinos, viaje, autobuses para ir allí, eventos, lo que se demande.
-Glocal. De lo que se trata en este caso es de devolver información sobre las oportunidades de servicios y de productos como los que se conoce que desea o necesita el usuario, pero no a nivel de un glamour propio ‘de la Gran Manzana’, sino con la traducción de esos presupuestos en el entorno geográfico en el que resida el potencial consumidor.
Con la geolocalización, con la ayuda de algoritmos vitaminados, con la respuesta de la micropublicidad de empresas como Google y con el deseo de recuperar lo propio que en tiempos de crisis parece ser una respuesta lógica para hacer patria y mejorar la economía. Una apuesta para las pymes con mucho recorrido todavía.
Del posicionamiento global al ‘glocal’.